lunes, 10 de diciembre de 2012

Peter Lynch


Nacido el 19 de enero de 1944, es un inversionista de Wall Street se graduo en la Universidad de Boston en 1965 y obtuvo una maestria en administración de empresas de la escuela Wharton en la Universidad de Pensylvania en 1968.

Finalizado sus estudios Lynch fue contratado como practicante por Fidelity Investmens en 1966, en parte porque había sido caddie de golf para el presidente de Fidelity en el club de Brae Burn Country en Newton, Masachusetts.

Al principio se encargo de acciones de químicos y de las industrias editoriales, se alejo para servir en el ejercito 2 años y cuando regreso, fue contratado en forma permanente en 1969.

Esta vez se le encargo valores de las industrias textiles, metales, minería y productos químicos, llegando a ser director de investigación de Fidelity Investmens entre los años 1974 a 1977, luego Lynch fue nombrado encargado del entonces no conocido Fondo Magallanes, que tenia $ 18 millones en activos, con mas de 1000 posiciones de acciones individuales. Desde 1977 hasta 1990, el Fondo Magallanes obtuvo un promedio de retorno de 29.2%.

Lynch tuvo éxito en la inversión en una serie de acciones como son Fannie Mae, Ford, Philip Morris, MCI, Volvo, General Electric, General Public Utilities, Marketing Student Loan, Kemper y Lowes.

La filosofia que Peter Lynch utiliza para sus inversiones, ha logrado para cientos de miles de inversores y pequeños ahorristas que confiaron sus dolares a Fidelity, una ganancia anual promedio del 27 %. Y la estrategia es similar a las que utilizan otros exitosos inversores en Wall Street como Buffet o Templeton, quienes con sus métodos de inversiones lograron y logran aún, hacer felices y ricos a muchos Americanos.

Peter Lynch aconseja a los ahorristas invertir a largo plazo ya que asi se obtienen las mejores y más seguras ganancias, las empresas están destinadas y programadas para crecer, las mejores firmas obtienen año tras año excelentes y crecientes beneficios, lo que a su vez impulsa la cotización de los títulos hacia arriba. En Wall Street se vé con muy buenos ojos las ganancias que crecen.

Tambien aconseja tener paciencia y no dejarse enloquecer con las piruetas de los mercados y las cotizaciones que caen, otros gurúes siguen la misma receta inversora, y se han convertido en leyendas. 

En que se basa el exito de Peter Lynch, se preguntará usted. ¿Acaso tiene la bola de cristal ?, ¿ Es un vidente?, ¿Es un genio de las finanzas?, ¿Un superdotado matemático?, ¿Es acaso un estratega genial y visionario?

Nada de eso, posiblemente, Peter Lynch al invertir lo haga con un muy afinado sentido comun, y el mismo nos dá un indicio de que no hace falta ser mago para invertir el dinero en forma exitosa. Peter Lynch lo dijo: Invierto en títulos de empresas que podría gestionar hasta un tonto, lo importante es que sea un excelente producto y una buena marca.

Peter Lynch, para verificar los productos de las empresas donde invertía, visitaba supermercados regularmente y tambien negocios especializados. Peter Lynch charlaba atentamente con clientes y empleados tratando de evaluar si los mismos estaban contentos y satisfechos con los productos de las firmas elegidas, un procedimiento simple para de ésta manera lograr una impresión real de los riesgos y chances en la inversión.

Actualmente Peter Lynch vive retirado de los vaivenes en Wall Street, el guru de las inversiones posee una caótica oficina en Boston, donde recibe a sus visitas, y cuyo escritorio es un reverendo despelote de planillas, papeles, informes y charts.

Tambien a escrito varios libros de inversión como son uno arriba en Wall Street, superando a la calle y aprende a ganar dinero, este ultimo para inversores de todas las edades, especialmente jóvenes, Lynch también a escrito una serie de artículos para la revista de inversión Worth .

Su principio de inversión mas conocido es “invertir en lo que sabes”, este simple principio resulta adecuado para el promedio de inversores no profesionales, que no se tiene tiempo para el estudio de su análisis fundamental y técnico en activos que no conoce.

Algunas de sus recomendaciones acerca de la forma de invertir:

- Invertir es divertido, excitante y peligroso si no haces los deberes.

- Detrás de cada acción hay una compañía, averigua a que se dedica y si lo hace bien.

- A menudo no existe una correlación entre el éxito y los resultados de una compañía y la evolución de su cotización en los siguientes meses ó incluso años. Sin embargo a largo plazo, la correlación entre el buen desempeño de una compañía y su cotización es del 100%. Esta ineficiencia del mercado es la clave para ganar dinero. Recompensa ser paciente y comprar acciones de compañías exitosas.

- Tienes que saber que es lo que compras y porque los compras, guiarse por el presentimiento de que una acción va a subir no sirve.

- Poseer acciones es como tener hijos, no tengas más de las que seas capaz de manejar, un inversor a tiempo parcial probablemente tenga la capacidad de seguir entre 8 y 12 compañías y tener unas 5 en su cartera.

- Si no encuentras ninguna compañía atractiva donde invertir guárdate el dinero en el banco hasta que la descubras.

- Trata de evitar comprar acciones calientes en industrias que estén de moda, buenas compañías en industrias maduras son de forma consistente las grandes ganadoras.

- Nunca inviertas en una compañía en la que no comprendas sus estados financieros, las grandes debacles en la cotización de una acción suelen ser de compañías con un débil balance.

- Si quieres comprar acciones de compañías que estén en una industria con problemas, compra siempre acciones de las compañías líderes en la industria y espera a que aparezcan los primeros signos de recuperación antes de comprar.

- Todo el mundo tiene el cerebro suficiente para ganar dinero en bolsa, pero no todo el mundo tiene suficiente estómago, si eres de los que es susceptible de vender toda tu cartera en los momentos de panico del mercado, mejor que no inviertas en acciones.

- Nadie puede predecir los tipos de interés, ni la evolución de la economía ó de la bolsa, olvídate de todo este tipo de estimaciones y centrate en lo que actualmente les está pasando a las compañías en las que has invertido.

- Si no investigas las compañías donde inviertes, tienes las mismas probabilidades de éxito que ganar en una partida de póker sin mirar tus cartas.

- Con compañías pequeñas, es mejor esperar a comprar acciones una vez están generando beneficios.

- Observa en la calle compañías que estén teniendo éxito y que consideres que sus productos son una maravilla, con esta técnica puedes descubrir excelentes oportunidades de inversión mucho antes que los profesionales.

- Deja de prestar oídos a los profesionales, el dinero tonto es solo tonto cuando presta oídos al dinero listo, no sobrestime la habilidad ni la sabiduría de los profesionales.

- Invierte solo lo que puedas perder sin que esa pérdida represente un cambio en tu vida actual o futura.

- La renta variable tiene a ser aceptada como inversión prudente en el momento en que no lo es, el inversor suele ser pesimista u optimista en los momentos menos apropiados, por lo que es contraproducente tratar de invertir en mercados buenos y salir en los malos.

- Siempre hay signos de preocupación, pero vende una acción porque los fundamentos de la compañía se estén deteriorando, no porque el cielo se pueda caer. Invierte en compañías, no en el mercado.

- 6 aciertos de cada 10 es lo que se necesita para marcar un récord envidiable en la bolsa.

domingo, 25 de noviembre de 2012

George Soros


Es un especulador financiero, inversor, filósofo y activista político de origen húngaro y nacionalizado estadounidense, nació en Budapest el 12 de agosto de 1930.

Se hizo famoso por el hecho conocido como miércoles negro, es decir por provocar la quiebra del Banco de Inglaterra el 16 de septiembre de 1992, con una fortuna neta valorada en unos 22.000 millones de dólares en septiembre de 2011, está considerado por la revista Forbes como la séptima persona más rica del mundo.

Por otra parte, es conocido por su apoyo a diversos movimientos sociales dentro de una filosofía de sociedad abierta, muy influida por el liberalismo de su amigo y filósofo Karl Popper, fue miembro de la junta del Council on Foreign Relations, durante la década de los 80, respaldó el movimiento sindical polaco Solidaridad, así como la organización Carta 77 en la entonces Checoslovaquia, con la finalidad de contribuir al fin del dominio político de la Unión Soviética en esos países.

Cuando George tenía trece años, la Alemania nazi tomó el control militar de Hungría (marzo de 1944) y comenzó a exterminar judíos húngaros, el padre de Soros organizó un complicado esquema para ocultar la identidad de toda la familia y de otros judíos, lo cual les permitió sobrevivir al Holocausto, la familia Soros sobrevivió también a la batalla de Budapest, donde las fuerzas soviéticas y nazis peleaban casa por casa dentro de la ciudad.

Los primeros pasos de George en las finanzas fueron durante la hiperinflación que sufrió Hungría entre 1945 y 1946. En 1946, George escapa de la ocupación soviética participando en un congreso juvenil de esperanto en Suiza. Soros emigró a Inglaterra en 1947 y trabajó en oficios diversos, mientras estudiaba en la London School of Economics, donde se graduó en Filosofía en 1952, tras estudiar con Karl Popper, su influencia intelectual más permanente.

Tras graduarse, George Soros comenzó a trabajar en finanzas en Londres, en 1956, emigró a los Estados Unidos, donde comenzó a trabajar con F. M. Mayer en temas de arbitraje (1956–59) y después como analista financiero con Wertheim & Co. (1959–63), durante estos años elaboró el concepto de reflexividad como forma de análisis en economía y ciencias humanas.

Soros comenzó una época de inversiones. Entre 1963 y 1973, trabajó en Arnhold and S. Bleichroder, donde alcanzó puestos de alta dirección (vicepresidente), y fundó diversos fondos de cobertura, de gran éxito, en 1973 se estableció por su cuenta y fundó el Quantum Fund, que con diversas reestructuraciones y actualmente gestionado por sus hijos, continúa siendo su principal vía de operación.

Sus actividades en el ámbito de las divisas le han dado una gran fama, en general negativa, como especulador,  ha defendido sus actuaciones como una forma de encontrar las diferencias entre las valoraciones reales y percibidas de los activos financieros, una de sus máximas es “encuentra una tendencia cuya premisa sea falsa, y apuesta tu dinero contra ella”.

Además de su papel en las finanzas internacionales, Soros ha aparecido también como escritor, su título La crisis del capitalismo global da una idea más amplia sobre el, admirador del filósofo Karl Popper, especialmente de su obra la sociedad abierta y sus enemigos, se refiere a él constantemente y utiliza el término "falacias fértiles" para referirse a situaciones que siendo objetivamente falsas, se comportan como si fueran verdaderas.

En 1999 predijo en su libro la crisis del capitalismo global, los problemas económicos estructurales que en 2008 se vieron cumplidos, de hecho en su último libro publicado en mayo de 2008, The New Paradigm for Financial Markets: The Credit Crisis of 2008 and What It Means, describe la situación de crisis financiera actual como la más grave que ha vivido en toda su vida.

En su último artículo que escribió para el Financial Times, George Soros explica la importancia de capitalizar a los bancos lo más pronto posible, y pronostica que mucho dinero se encuentra a la espera de que el gobierno tome las riendas y comience a estabilizar la situación.

El 13 de noviembre de 2008, George Soros y otros cuatro conocidos gestores de hedge funds fueron a declarar al Congreso de los Estados Unidos, donde presentaron su punto de vista sobre la influencia de los hedge funds en la actual crisis financiera

domingo, 18 de noviembre de 2012

André Kostolany


Nacio en Hungria era hijo de un industrial adinerado de Budapest, donde nació en 1906. Analista financiero y especulador, siempre elegante e impecablemente vestido, un verdadero gentleman. Conservó su estado físico y mental en plenas condiciones hasta los últimos días de su vida, además, era astuto como pocos escribió muchos libros volcando en ellos todas sus aventuras, sus conocimientos y sabiduría, fueron 75 años de bolsa.

Su más asiduo consejo era: comprar títulos, acciones de empresas, tomarse unas pastillas para dormir durante 20/30 años y cuando uno despierta, voilà! es millonario, su vida estuvo rodeada de lujos y excentricidades y entre sus amistades y conocidos se encontraban el genial compositor Richard Strauss, el escritor Ernest Hemingway y el gran economista americano Milton Friedman.

De entre sus operaciones bursátiles destaca por encima del resto la de los empréstitos de la compañía Young, rápido como un zorro y conocedor de la mentalidad y el temple teutón, divisó una oportunidad inigualable y compró en la bolsa de París empréstitos de dicha empresa al 5,5%. Una apuesta fuerte y que lo podía arruinar totalmente, algunos años después, cuando la nueva Alemania era algo más que una promesa, los mismos títulos que compró a 250 francos franceses cotizaban a 35.000 cada uno !Una verdadera fortuna!

Cómo buen especulador, a pesar de acabar sus días como millonario, pasó por la cruda experiencia de la ruina y hundido en sus deudas llegó a pensar en el suicidio, la especulación y sobretodo la pérdida total del capital invertido eran conceptos que André conocía perfectamente. 

Cuando era aún muy joven, su hermano Emmerich, que en aquel entonces era empleado de banca, se sintió también arrastrado por la fiebre de la especulación y en compañía de algunos amigos, especuló en commodities, al principio, todo pareció irles bien sin embargo, cuando el mariscal de campo Hindenburg derrotó a los rusos en Tannenberg, Prusia Oriental, sobrevino una gran caída bursátil, en la que Emmerich no sólo perdió todo lo invertido, sino que acabó hipotecado hasta las cejas, cuando en esa dramática situación, Emmerich empezó a hablar de suicidio, su padre tuvo que liquidar las deudas y no se volvió a mencionar la palabra especulación en la familia Kostolany.

Tras el desafortunado acontecimiento se produjo un movimiento en los mercados que elevó la cotización de la cartera de Emmerich, pasando de una situación de ruina al haber liquidado las posiciones,  a una posición de grandes beneficios si hubiera tenido la capacidad financiera suficiente para aguantar el golpe bajista, eso le enseñó a André una gran lección: “En la bolsa las cosas ocurren al principio de manera distinta a como se pensó y sólo después se enderezan y suceden como se había esperado. Cuando, pese a todo, se gana dinero en la bolsa, es el salario del dolor, primero llega el sufrimiento y después el dinero”.

Sus estudios en Historia y Filosofía del Arte cursados en Budapest no le guiaron profesionalmente, pero le acercaron a lo que durante toda su vida fue su válvula de escape para la especulación, la música y el arte.

Según palabras del propio Kostolany: “Siempre he tomado las mejores decisiones sobre el mercado escuchando música clásica, eso ha quedado demostrado en la práctica con bastante frecuencia, lo principal es mantenerse al margen de la opinión generalizada”. Para André el dinero era algo perecedero, mientras que el arte siempre será eterno.

André también descubrió en una etapa temprana de su vida como especulador, que la única forma de sobrevivir en el mercado es mediante un pensamiento independiente, que nos haga obviar los cientos de consejos bursátiles que están al alcance del inversor, durante la década de 1930, André disfrutaba de unas vacaciones de invierno en la estación de esquí de St. Moriz, por aquel entonces símbolo de lujo y riqueza, era el punto de encuentro de las altas finanzas internacionales, de los artistas de cine y, en definitiva, de las más destacadas personalidades del mundo, Kostolany tras sus éxitos en el mercado acudía a dicha estación a observar a los magnates para intentar arañar algún sabio consejo o información privilegiada. Entre los personajes de la época estaban André Citroën, el rey del automóvil, Sir Henry Deterding, que era dueño y señor del consorcio Royal Dutch-Shell, Walter C. Teagle, presidente de la Standard Oil, Charlie Chaplin y una larga lista de personajes a los que André observaba como si de un detective se tratara.

Entonces, por efecto del azar se produjo lo que André llevaba tanto tiempo esperando, su labor de investigación daba sus fruto cuando una tarde, uno de los botones del hotel llamó a la puerta de la habitación de André, entregándole un telegrama que confirmaba el encargo de un gran paquete de acciones de Royal Dutch en todos los mercados del mundo por un importe total de varios millones de florines, al principio, André no entendía bien el significado del telegrama y al volver a leerlo descubrió que el destinatario del mismo era el Dr. Mannheimer, los empleados del hotel se habían equivocado en el número de la habitación, otorgándole a nuestro protagonista un increíble secreto que sin duda le haría ganar grande sumas de dinero, tras devolver el telegrama para no desatar sospechas, Kostolany tomó una gran posición en Royal Dutch, mucho más dinero del que normalmente dedicaba a cada posición, pero que más da, si es una opción segura, un caballo ganador.

Tras la compra de la acciones, éstas no pararon de bajar hasta llegar a un valor que suponía un tercio del precio de compra, esto le demostró a Kostolany que debía fiarse, exclusivamente, de sus propias opiniones y no dejarse llevar por chismorreos, aún cuando éstos vengan de grandes financieros o personas muy adineradas.

Su método de especulación se basaba en la opinión contraria, subirse al tren cuando todos bajan, cuando cunde el pánico, cuando todo el mundo se saca los papeles de encima y las cotizaciones se derrumban, cuando todos venden a cualquier precio, para limitar pérdidas o por miedo, cuando los inversores se desprenden de los títulos como si los mismos tuvieran lepra, en ese momento es cuando hay que pegar el manotazo, para después vender todo en plena euforia, cuando las cotizaciones hayan explotado, cuando los títulos son recomendados hasta en la peluquería, cuando se recomiendan acciones en todos los medios y revistas, cuando se habla de ganar plata en la bolsa hasta en las iglesias y en los almacenes, entonces hay que vender todo sacarse de encima hasta los papeles más queridos y amados.

Como buen especulador, André Kostolany, dominaba tanto el lado largo como el corto, conocía perfectamente la posición corta y la utilizaba en beneficio propio sin importarle las razones morales que algunos aducían en aquellos tiempos, se consideraba antipatriótico especular a la baja y eso es algo que viviría André crudamente durante el gran crack bursátil de Octubre de 1929, en aquel desastre financiero, Kostolany había estado en el lado correcto del movimiento, generando unas enormes plusvalías en posición corta, que contrastaban con las pérdidas que habían sufrido muchos de sus compañeros, que en la mayoría de los casos se habían arruinado o habían perdido sus empleos. André se podía permitir cualquier lujo, cualquier restaurante, cualquier hotel, sin embargo, ¿con quien iba a compartir esos momentos?, ¿podría sonreír mientras todos estaban tristes y malhumorados?, y en definitiva de que le servía el dinero si no podía disfrutar de él, en aquellos momentos André no se atrevía a ser feliz y empezó dudar de la filosofía de inversión en posición corta, la gota que colmó el vaso y que le convenció de no volver a especular a la baja sucedió en París.

Era Sábado por la tarde y no había otra diversión en la ciudad que acudir las oficinas de un amigo norteamericano que era agente de bolsa (Hentz and Co.), la jornada bursátil, en los Estados Unidos, contaba con dos horas de negociación durante los sábados, de diez a doce de la mañana, en medio de la apatía general del mercado, un solo valor había sido objeto de grandes transacciones, se trataba de Kreuger y Toll, una empresa Sueca dedicada al negocio de las cerillas. La idea de Ivar Kreuger, rey sueco de las cerillas era tan simple como inteligente, los países de Europa central y oriental necesitaban dinero y Kreuger estaba dispuesto a facilitárselo, como compensación, exigía la concesión del monopolio de fósforos, lo cual le aseguraba grandes beneficios.

A tal efecto la empresa comenzó a emitir empréstitos para obtener el capital que necesitaba para pagar a los países que precisaban capital, la mayoría de los empréstitos suscritos fueron a parar al otro lado el Atlántico, la operación parecía razonable y realizable, si no hubiera sido por la escasa solvencia de los deudores de esta operación: Alemania, Hungría, Rumanía, Yugoslavia y Polonia. Los acontecimientos políticos acabaron consumando la catástrofe que acabó con el suicidio de Ivar Kreuger y el correspondiente desplome bursátil, que una vez más le reportó pingües beneficios a André Kostolany, aunque en esta ocasión el escenario era diferente y se trataba de un dinero manchado por la sangre del ingeniero Kreuger y esto le hizo abandonar para siempre la especulación en el lado corto del mercado.

De entre sus numerosas publicaciones destacan dos: “El fabuloso mundo del dinero y la bolsa” y “Estrategia Bursátil”, ambos libros publicados en la década de los 80, en el primero el autor narra sus experiencias en la especulación bursátil y nos ofrece un excepcional paseo por más de 5 décadas de mercados financieros unido a la historia de Europa del siglo XX. André nos narra con gran detalle las fiebres especuladoras de siglos anteriores, desde la tulipmanía hasta la compañía de los mares del sur, así como los cracks del siglo XX, especialmente el de 1929 que vivió en toda su crudeza.

En la década de los 70, Gottfried Heller, le propuso a André abrir su experiencia bursátil al gran público mediante la celebración de seminarios, la formación le llegó a nuestro protagonista en su etapa de pensionista y el objeto de los seminarios impartidos era algo desconocido en Alemania, el primero se celebró en Octubre de 1974 en Munich y asistieron sólo 30 personas, sin embargo, la habilidad de André para transmitir sus conocimientos y experiencias sobre el mundo bursátil se extendió rápidamente y en los aproximadamente 100 seminarios celebrados, más de 15.000 asistentes tuvieron el privilegio de recibir las enseñanzas de este gran maestro, el resultado de todos estos seminarios y conferencias en universidades e instituciones financieras fue la formulación de centenares de preguntas que Kostolany acabó publicando, junto con sus respectivas respuestas, en su obra “Estrategia Bursátil”.

Su método de especulación no tenía en cuenta el análisis técnico, al que desprecia constantemente en su libros, ni cualquier otro método cuantitativo, se fiaba de su intuición e instinto y por lo resultados obtenidos, queda claro que su olfato para la bolsa y la especulación tenía esperanza matemática positiva. Si tuviéramos que nombrar a un sucesor del más grande especulador de todos los tiempos, Jesse Lauriston Livermore, sin duda, André Kostolany sería el elegido. Falleció el 14 de Septiembre de 1999 en París a los 93 años.

viernes, 9 de noviembre de 2012

Charles Henry Down

Es considerado el padre del análisis técnico bursátil, nació en Sterling, Connecticut el 6 de Noviembre de 1851, hijo de un granjero quedó huérfano a los 6 años, se dedico al periodismo durante toda su vida adulta. 

Su primer empleo lo obtuvo en 1872 en el diario "The Sprinfield Daily Republican" de la ciudad de Springflied en Massachusetts, cubriendo los acontecimientos de su ciudad. Dow permaneció en este diario hasta 1875, por esas fechas se trasladó a Rhode Island, Providence y empezó a trabajar en el "Providence Star", donde fue editor de noche, hasta que dicho periódico desapareció en 1877, y Dow se fue al "Providence Journal" hasta 1879, allí publicó sus primeros 5 artículos importantes, a través de los que se convirtió en historiador local acerca del famoso barco de vapor local ó la vida doméstica de los alrededores.    

En 1879 a petición de su periódico, visitó Leadville en Colorado para cubrir la noticia del descubrimiento de unos carbonatos, por esos tiempos Leadville era la ciudad minera más famosa del país, fue allí donde Dow empezó a conocer a financieros importantes del país y donde descubrió que le atraía más el periodismo financiero y que podría ser más útil en esta área, que como periodista ordinario, durante esa época realizó extensos informes acerca del aspecto financiero del boom minero.

En 1880 se trasladó a Nueva York, donde conoció la bolsa de Wall Street y consiguó un empleo de reportero especialista en acciones de compañías mineras. Pronto se convirtió en un reputado y famoso reportero capaz de realizar expertos análisis financieros, incluso llego a manejar gran cantidad de información confidencial. A finales de 1880, Dow se fue a trabajar a la "Kiernan News Agency" donde conoció a su compañero y amigo Edward D. Jones, el cual casualmente resultó que era seguidor suyo antes de conocerle.

En Noviembre de 1882 Dow y Jones dejaron Kieran y formaron la Dow Jones & Company Inc. Jones permaneció en ella hasta enero de 1899, muriendo finalmente en Providence en 1920. Dow y Jones recogían las noticias y los mensajeros las trasladaban a las compañías financieras, cada tarde ambos preparaban las noticias del día siguientes. Inicialmente su oficina estaba situada justo al lado del edificio de la Bolsa de Nueva York.

En 1884 la compañía había aumentado de tamaño de forma considerable, y ambos empezaron a distribuir las noticias por sí mismos, en aquel tiempo se estaban generalizando los caza-noticias, escritores especializados y "vividores" que repartían las noticias, cada empleado de la compañía solicitaba suscripciones al servicio de noticias y esta les pagaba una comisión por cada venta que realizaban, al final cada empleado informaba de las noticias a las que tenía acceso, independientemente de su trabajo y de las ventas que realizaba por lo que en 1883 la empresa empezó a imprimir un folleto diario de noticias. Este fue el precursor de lo que hoy es el "Wall Street Journal", el diario económico más importante del mundo.

Desde Diciembre de 1885 hasta Abril de 1891, Dow fue miembro de la Bolsa de Nueva York, fue inscrito como socio colaborador en la asociación Goodbody, Glynn y Dow hasta el 30 de Abril de 1891. Esta asociación se formó por conveniencia ya que Goodbody, por ser irlandés inmigrante, no tenía derecho a ser miembro de la Bolsa. Dow llegó a ejecutar ordenes a pie de parquet para la firma, cuando Goodbody adquirió la nacionalidad norteamericana, Dow se retiró.

El "Wall Street Journal" se publicó por primera vez el 8 de Julió de 1889. Dow era el editor. Jones realizaba tareas administrativas, hasta 1892 la compañía Dow Jones no tuvo su primer teléfono. Y a partir de ese momento Dow empezó a publicar sus observaciones sobre finanzas é inversiones.

La compañía Dow Jones publicó el primer índice, que fue diseñado para que representara a la perfección los movimientos del mercado de acciones de la época, a dicho índice se le llamó Dow Jones.