viernes, 7 de junio de 2013

John Maynard Keynes



John Maynard Keynes nació el 5 de junio de 1883 en la ciudad de Cambridge, en una familia acomodada de reputado nivel cultural, fue un economista británico, considerado como uno de los más influyentes del siglo XX, cuyas ideas tuvieron una fuerte repercusión en las teorías y políticas económicas.

Sus padres eran John Neville Keynes, profesor de economía y filosofía en la Universidad de Cambridge y Florence Ada Brown, una de las primeras mujeres que logró estudiar en las universidades británicas, era una autora y precursora de la asistencia social que llegó a ser alcaldesa de Cambridge en 1932.

En 1897 obtuvo una beca para estudiar en el Colegio Eton y en 1902, ingresó en el King's College en la Universidad de Cambridge donde estudió matemáticas y teoría de probabilidades para finalmente optar por los estudios de Economía, recibiendo clases de Alfred Marshall y Arthur Pigou.

Durante su estancia como estudiante universitario en Cambridge, frecuentó el grupo de los llamados Apóstoles y de ahí pasó al denominado Círculo de Bloomsbury, grupo intelectual y artístico, que proponía un nuevo orden social, contrario a los principios morales victorianos, del que formaban parte entre otros el escritor Lytton Strachey, Leonard y Virginia Woolf o el pintor Duncan Grant, con quien Keynes mantuvo una relación homosexual durante varios años.

La fascinación homoerótica de Keynes por Sergéi Diaghilev le llevó a conocer en octubre de 1918 a Lidya Lopokova, una bailarina rusa de su compañía, con quien contrajo matrimonio luego de un viaje por Taiwán.

La principal novedad de su pensamiento radica en plantear que el sistema capitalista no tiende a un equilibrio de pleno empleo de los factores productivos, sino hacia un equilibrio que solo de forma accidental coincidirá con el pleno empleo.

Keynes y sus seguidores de la posguerra destacaron no solo el carácter ascendente de la oferta agregada, en contraposición con la visión clásica, sino además la inestabilidad de la demanda agregada, proveniente de los shocks ocurridos en mercados privados, como consecuencia de los altibajos en la confianza de los inversores.

La principal conclusión de su análisis es una apuesta por la intervención pública directa en materia de gasto público que permite cubrir la brecha o déficit de la demanda agregada.

Está considerado también como uno de los fundadores de la macroeconomía moderna.

Keynes fue un personaje muy polifacético, que además de ser un economista teórico que cambió la consideración de la macroeconomía en el siglo XX, desempeñó también múltiples puestos en el mundo económico, fue profesor en la Universidad de Cambridge desde 1908, editor del Economic Journal desde 1912, secretario de la Royal Economic Society, alto funcionario de la Administración británica y negociador internacional en nombre de Inglaterra en diferentes ocasiones; trabajó también en el sector empresarial, en la dirección de inversiones de una compañía de seguros, y de asesor financiero del King's College, del Banco de Inglaterra y del propio gobierno británico.

Dentro también del mundo de la economía fue gran aficionado a la historia económica y biógrafo de grandes economistas. Fuera del mundo económico, durante sus estudios en la Universidad de Cambridge se interesó por las matemáticas, estadística, filosofía, literatura y solo finalmente por la economía. Fue también director y principal accionista del Teatro de las Artes de Cambridge y mecenas del grupo de Bloomsbury, coleccionista de pintura moderna y bibliófilo de literatura científica.

La brillante actuación de Keynes como inversor bursátil está demostrada por la información pública del fondo que administró en nombre del King's College de Cambridge.

Desde 1928 a 1945, a pesar de recibir un gran golpe durante el Crack de Wall Street de 1929, el valor del fondo de Keynes mostró un considerable crecimiento anual promedio de 13,2%, comparado con un nivel general en el mercado del Reino Unido que se redujo en un promedio del 0,5% anual.

El enfoque generalmente adoptado por Keynes con sus inversiones lo resumió él mismo en:
  1. Una selección cuidadosa de unas pocas inversiones considerando su bajo precio en relación a su valor intrínseco actual probable, y el potencial en un período dado de años, y en relación a otras inversiones disponibles en ese momento.
  2. Una tenencia firme de estas relativamente grandes cantidades contra viento y marea, quizás por varios años, hasta que, o bien han satisfecho la expectativa que se tenía sobre ellas ó sea evidente que su compra fue un error.
  3. Una posición equilibrada de la inversión, es decir una variedad de riesgos a pesar de que las tenencias individuales sean grandes, y riesgos contrapuestos si es posible (por ejemplo, una tenencia de oro entre otras inversiones en acciones, ya que probablemente se moverán en direcciones opuestas cuando haya fluctuaciones generales.
Keynes argumentó que:

Es un error pensar que uno limita sus propios riesgos diversificando mucho entre empresas de las cuales uno sabe poco y no se tiene ninguna razón particular para confiar.

El conocimiento de uno y su experiencia son en definitiva limitados y raramente hay, en cualquier momento dado, más de dos ó tres empresas en las cuales siento que puedo depositar una confianza completa.

Invertir es intolerablemente aburrido y demasiado exigente para cualquiera que esté exento del instinto apostador; mientras que quien lo tiene debe pagar a esta propensión el precio adecuado.

Compañías industriales bien manejadas, como regla, no distribuyen el total de sus beneficios a sus accionistas. En los buenos años, si no en todos los años, retienen parte de sus beneficios y los reinvierten en sus negocios, por ende hay un elemento de interés compuesto operando en favor de una inversión industrial razonable.

Keynes murió de un infarto el 21 de abril de 1946.  Sus problemas cardíacos fueron agravados por la presión de su trabajo en los problemas financieros internacionales de la posguerra.

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